viernes, 19 de noviembre de 2010

HISTORIA DE LA ARTILLERÍA EN COLOMBIA


La artillería se remonta a los siglos XVI y XVII, donde se organizaron las  primeras  guarniciones  de Artillería que  fueron activadas en Cartagena  y  Santa  Marta para defensa  de  la  costa de las posibles agresiones de los ingleses, así como  la  guarnición de  Artillería  en Santa fe  de  Bogotá; como  sede muy  importante que  tenía  la responsabilidad   de custodiar  todo  el  material  de guerra  almacenado en la ciudad de gobierno del virreinato de Nueva Granada
 Para nuestra artillería, el representante magnánimo de nuestra arma es el Capitán Antonio Ricaurte, el cual en una acción heroica en la hacienda San Mateo  donde se encontraba un gran  deposito con pólvora perteneciente al ejercito patriota,  es de resaltar que en este deposito se encontraba gran cantidad de soldados patriotas heridos, mujeres, niños y ancianos y al ver Ricaurte que las tropas realistas comandadas por Boves estaban acosando muy de cerca este lugar, hizo salir a todo el mundo y consiente de su acción y él impulsado por su amor a la patria, prende fuego a la pólvora y el héroe perece junto con tropas enemigas  el 25 de marzo de 1814 salvando así el ejercito patriota y legando el lema que llevamos los artilleros con orgullo en nuestras filas  “deber antes que vida
 Para el año de 1848 bajo la presidencia del General Tomás Cipriano de Mosquera, aparece el primer reglamento de Artillería en Colombia titulado TÁCTICA PARA LAS MANIOBRAS DE ARTILLERÍA DEL EJERCITO DE LA NUEVA GRANADA, este reglamento dividido en seis capítulos condensa los conocimientos de Artillería, este se dividía  en dos grandes temas principales: la primera que trata del servicio con cañones, y la segunda relativa a los obuses.






 GUERRA CIVIL DE 1860
 
 La  evolución de la artillería colombiana tiene en el año 1907, un punto de partida en cuanto al pensamiento y reevaluación de conceptos encaminados a transformar el arma como tal, en una percepción  nueva que sería el  pilar en el cual se apoyaría la nación, de acuerdo  a las situaciones que se han presentado durante el transcurso  y desarrollo de la vida Nacional.  En este periodo de tiempo llego a nuestro país LA MISIÓN CHILENA,  que trajo consigo un avance en el aspecto técnico del arma, con miras a obtener el éxito definitivo en cualquier situación bélica, para lo cual se creo la Batería Modelo, de acuerdo al decreto 587 de 1907.


Para el año de 1910 se creó la Primera División del Ejército mediante el Decreto No 445 del 13 de Mayo; el cual llevaba dentro de su organización un Batallón de Artillería con el nombre de GRUPO DE ARTILLERÍA BOGOTÁ No 1, el cual se le fijó como guarnición Bogotá, viniendo a reemplazar el antiguo BATALLÓN MODELO DE ARTILLERÍA, El  material  de  las  tres  Baterías  estaba  formado   por  piezas BAGE,  MAXIN INGLESAS  Y  KRUPP ALEMANAS, todas  de  montaña    de  calibre  de  75 mm que  constituyeron  los  fundamentos  de  esta Arma  en  el  Ejercito  Colombiano.


En el año de  1912  con  motivo  del  ataque  de  los Peruanos  al  Puesto  Militar  de  la Pedrera  y  ante el  temor  de  un  conflicto bélico con este país,   se  compró  una  Batería  Austriaca Marca  ERHARD de  75 mm,  con  ella  se reemplazó  el  material   BANGE. Para   Octubre  de  1932 el  Grupo  de Artillería  No. 1  Bogotá se  trasladó  de sus  viejos  cuarteles  de  San Agustín a  una  finca  denominada   Loyola,  Durante   este   tiempo,  la Escuela   Francesa   predominó  en  nuestros  estudios de Artillería.







Este episodio  de relevante importancia para la vida nacional, se caracterizo por una utilización accidentada en terrenos como la Vertiente de la Cordillera Oriental, por cuanto  las operaciones  que tenían lugar, llevaban consigo el transporte de las piezas de Artillería en lotes de mulas, por terrenos  agrestes y fangosos, en los cuales  los animales retrasaban la movilidad al sufrir distintas situaciones  como atoramiento en los lodazales, incrustación  en trayectos angostos de igual forma en trazados  blandos las laderas se despeñaban, causando la caída de los semovientes y en muchos casos heridas que no se podían sanar para seguir la marcha. Este aspecto es fiel testigo de la entereza, mística, entrega y sacrificio que tiempos otrora caracteriza a los artilleros del ejercito  de Colombia.

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